Condiciones ergonómicas en el trabajo



Las personas que trabajan con ordenadores suelen pasar la mayoría de la jornada laboral sentados en el escritorio. Habitualmente no suelen tener una buena disposición de su puesto de trabajo y como consecuencia de la cantidad de horas semanales, suelen tener consecuencias físicas o dolencias debido a las malas posturas adoptadas.

La silla de trabajo no solamente es el protagonista para la higiene postural, sino que en el trabajo hay que tener en cuenta que el uso continuo del teclado, el ratón, y la calibración de la pantalla puede derivar en problemas ópticos y dolencias.

Para evitar los problemas derivados de la vista, se hace necesario el uso de pantallas que no sean reflectantes y que ayuden a tener una imagen nítida, sin que el brillo y el contraste provoquen fatiga visual por no adaptarse a las condiciones ambientales. Para ello lo mejor es trabajar de espaldas a la fuente de luz natural, ya que de esta manera evitaremos reflejos y deslumbramientos. Además, la distancia entre los ojos y el monitor debe de ser de al menos sesenta centímetros y debe de dibujar una línea recta en el campo de visión. Para relajar la visión es bueno hacer paradas de al menos cinco minutos por cada hora de trabajo, o tapar los ojos con las palmas de la mano para poder descansar la mirada.

En cuanto al teclado y al ratón deberían de ser homologados ergonómicamente, para evitar que las manos y articulaciones ofrezcan un esfuerzo extra y se puedan adaptar a la superficie. Hay dolencias que cada vez más se están extendiendo en la sociedad por el uso de ratones y teclados no ergonómicos como el Síndrome del Túnel Carpiano, que pinza el nervio mediano a la altura de la muñeca. Ante esto es necesario tener una mesa con suficiente amplitud para poder apoyar los brazos en una disposición totalmente frontal al cuerpo, para evitar problemas de tensión al girar la cabeza.

A menudo, las personas que trabajan con ordenadores sufren dolores cervicales y lumbares que, aunque no supongan un riesgo para la salud a corto plazo, pueden derivar en graves consecuencias con problemas crónicos. Lo principal es sentarse recto con la espalda apoyada en el respaldar de la silla de trabajo que se adaptará a la altura y la complexión de la persona, ajustando la altura para que los pies reposen en el suelo formando un ángulo de 90º, los brazos y la inclinación del respaldo. No es aconsejable mantener los pies cruzados ya que, además de no favorecer la concentración, supone una postura forzada.

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Fuente: Disofic

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